En un mundo donde los héroes nacen, no se hacen, el don divino de Ein es el más débil: el poder de evaluar las cosas. Tratado con crueldad por sus compañeros, Ein pasa sus días en la autohumillación, hasta que conoce a Yuri, el espíritu del Árbol del Mundo. Yuri y su protectora, Úrsula, bendicen a Ein con el Ojo Espiritual, lo que le otorga nuevas fuerzas. A medida que sus habilidades se desarrollan, Ein emprende un viaje para descubrir su verdadero propósito.