La historia toma lugar en un universo donde tanques históricos de la Segunda Guerra Mundial se han mantenido y conservado para ser usados en competiciones deportivas, y enormes barcos portaaviones conocidos como «Barcos Academia» dan apoyo a comunidades marinas móviles. Es común que las chicas de instituto participen en el «Sensha-dō» (戦車道), el arte de maniobrar y operar tanques, considerado un arte marcial tradicional. Durante los enfrentamientos competitivos los tanques disparan proyectiles modificados que no pueden penetrar ningún tanque, ya que cada vehículo contiene en su interior una armadura avanzada recubierta de carbono que evita cualquier daño físico a la tripulación. Cuando un proyectil golpea el tanque los sensores detectan y calculan el daño estimado de la fuerza y la trayectoria del proyectil, y levantan una bandera blanca para señalar la derrota en caso de calcular daño catastrófico.